La Vilavella - Alfondeguilla - Puntal - La Vilavella (bucle infinito)

Los protagonistas, posando con garbo

 

Cabe empezar esta  -mi primera entrada- diciendo que no fue nuestra salida más grata a causa de la coyuntura familiar de uno de nuestros ilustres compañeros de ruta y fundador de este magno equipo mixto de burrianenses, villarrealenses, nulenses, algún que otro vilavellense y de allende la meseta.

En lo que al ámbito deportivo puro y duro se refiere se produjo una situación bastante curiosa, ya que mientras los burrianenses esperaban en La Vilavella, el que suscribe estaba esperando a la gleba planera en las puertas de Mascarell. Todo un intercambio de papeles y una burda excusa para calentar en llano antes de lo que se avecinaba.

Pero… ¿dónde está Hermes?

Mejor tarde que nunca

Resuelto el entuerto y contentos por lograr salir al horario habitual (tarde), el grupo multicolor y/o multiétnico que formábamos, dirigióse con presteza hacia La Vall d'Uixó en estirada formación, y siguiendo por carretera hasta Alfondeguilla ya que optamos por la vía más rápida. Allí nos volvimos a reunir para rellenar nuestros odres y empezar al ascenso al Puntal por la cara sur, con pendientes menos pronunciadas aunque no por ello menos duras.

Sin pinchazo, no hay salida que se precie…

Por la cara norte o sur, el Puntal sigue siendo el Puntal, que a pesar de haberse convertido en una autopista (ya veremos lo que dura) no deja de ser una ascensión larga con momentos que te hacen plantear darte la vuelta y sentarte en cualquier acogedor bar pese a no haberte ganado el premio en forma de bocata y zumo de cebada (vale, o refresco de cola). 

Vengas de donde vengas, el Puntal cuesta lo suyo

Posando orgullosos a mitad de la ascensión

Al finalizar la ascensión, y como no puede ser de otra manera, comienza una pronunciada bajada donde -debido al perfecto estado del firme- alcanzamos hasta los 60 km/hora… inaudito para tratarse del mismo lugar donde históricamente hemos tenido problemas para bajar a menos de 30… ¡¡quién lo ha visto y quién lo ve!!…

"Eso lo arreglo yo con un mondadientes y un chicle de fresa ácida"

Al final, cada uno a su ritmo y Aigües Vives mediante, llegamos a nuestro destino inicial: Masca… ejem… La Vilavella, donde descubrimos un rincón gastronómico poco habitual que nos sorprendió en muchos aspectos. Después de la merecida pitanza regresamos a nuestros hogares, aunque unos lo teníamos más cerca que otros.

Etapa corta, pero intensa

Para más información sobre la(s) ruta(s) del puntal recomendamos esta entrada del blog que relata con más detalle todas las posibilidades de ascensión, sendas y caminos que confluyen y más detalles técnicos… aunque avisamos que a día de hoy, 25 de septiembre de 2012, la pista está en perfectísimas condiciones debido al mantenimiento y así estará hasta que las lluvias digan lo contrario y las piedras salgan de nuevo a morder nuestras cubiertas.

Hasta la próxima y ya sabéis, ¡A seguir dándolo todo!