Rock'n'Roll

La Trek, la Mariquita y yo ante uno de los senderos del día

No se me ocurre un nombre mejor para la etapa que nos marcamos el inefable hombre del mes y el que suscribe estas líneas la mañana del sábado.

Llegado Marco de su turno nocturno a una hora muy temprana, empezamos la jornada con el ya habitual café en un madrugador bar vilavellense. Hace rasca ya que el sol aun no ha caldeado el ambiente, y salimos prestos para iniciar una etapa rutinaria por Peñas Aragonesas… pero algo cambia en mi cuando enfilamos estas formaciones rocosas desde el camino más septentrional que cruza el camino que sube hacia Onda y entra en la pista de peñas por un sendero pedregoso.



Feliz como una perdiz, pero sudando a mares…

Decido, de forma unilateral, puesto que a Cachón le da igual porque va a sufrir de todos modos, enfilar los tortuosos caminos ondenses que conducen a las ruinas de una ermita por una pista bastante rota en algunos tramos, subida técnica que nos provoca los primeros calores aunque ciclamos muy animosos por descubrir nuevas rutas.



Quedan muchos caminos que investigar…



Los restos de la ermita en lo alto del monte, se llega por un sendero que hay que subir arrastrando las monturas.

Al llegar al sendero que sube a la ex-ermita (así le llamaremos) hay varias bifurcaciones, una de ellas señalizada con una flecha azul… por lo que decidimos imitar a Neo en Matrix y tomar la pasti azul que no conduce a la madriguera de conejo.



Xé Neo, com ara tu… vols la roja o la blava? mira que la blava me la lleven de les mans a Masia…

Donde lleva es a una senda bastante ciclable con algunos tramos pedregosos que nos hacen bajar de nuestras monturas por momentos y que posteriormente conduce a un singletrack que vuelve a meterse en la espesura, donde apreciamos los daños que las lluvias han causado por las montañas (la flecha azul desaparece por completo).



Un momento Trialera 3 de Cachón

Aparecemos en el municipio de Artesa donde no vemos ni una sola alma humana, hemos pasado de Matrix a Walking Dead, y el único ser viviente está sentado en la terraza del único bar y nos mira con expresión adusta, por lo que decidimos salir de allí antes de ser descuartizados y vendidos en el mercado de Helloween y nos dirigimos prestos hacia Onda, donde Marco Cachón hace su segunda trialera del tía, un tramo roto detrás del Museu del Carme que nos conduce hacia la zona de urbanizaciones y -posteriormente- al ya visitado bar El Frenazo, un bar salido de los años 80 donde nos pega más una John Luck que una Trek y en el que esperas ver un póster de Señor o Calderé con aspecto de mozalbetes.



Cuando abrió el Frenazo, Messi o Cristiano no habían ni nacido

El almuerzo es provechoso, eso sí, y nos despedimos del túnel del tiempo con la firme decisión de bajar por Peñas y acabar haciendo los toros, la archiconocida Vía Mierda… pero hoy no es día para peñas, por lo visto.

En nuestro implacable descenso nos pasamos la salida de peñas y llegamos a Bechí, donde -cariacontecidos- decidimos que con nuestro honor no se juega, y emprendemos Aigües Vives y la subida al Puntal para desviarnos por el Sendero de Fontdecabres… tercer sendero del día… y al revés.



Cachón, sufriendo en las exigentes rampas del Puntal

Los primeros 500 y los últimos 200 metros son los únicos que permiten ciclar sin tener que ascender cual cabra montesa, y llegamos sin problemas a las eses para realizar la rápida bajada que nos conduce hacia nuestros respectivos coche y hogar, sweet home, después de casi 50 km. con poca tregua… una etapa de las que curte, sobre todo por enfilar las primeras rampas del puntal, que con 40 km. duelen más.



Què rebonica és, redeu…

Y así termina otra crónica de los Men in Black de Dándolo Todo, a la espera que algún gañán se apure en el nuevo diseño de la equipación…