En la cima del Marianet, pedaleando hacia la penumbra.
Saludos amigos de DT, parece que nos estamos aficionando a las etapas btt nocturnas por Espadán, la única manera de hacer recorridos decentes en plena ola de calor sin morir achicharrado por las altas temperaturas. El pasado miércoles, una ruta de altura, con 1.500 de desnivel acumulado, visitando los parajes de Xòvar, el pico Bellota, el Puntal de l'Aljub y la mítica cima de Cocons.
La tarde amenazaba lluvia y tormenta subiendo por el sur. Malos augurios se cernían sobre las cabezas de Hermes y Servidor, pues en lo que llevamos de temporada, mala suerte hemos tenido con la climatología, y cuando ha empezado chispeando, piedra ha descargado sobre nuestras cabezas. De hecho ciclando por la mar de Nules llovía con cierta intensidad.
ÁLBUM DE FOTOS
TRACK STRAVA
Recojo a Hermes PiernasDePiedra en su domicilio de la Vilavella y empezamos la etapa temerosos por los truenos del sur. La mejor forma de empezar un track desde la Vilavella y hacia el sur, es transitar el tramo de la Murta.
Poco a poco, llegamos a La Vall y respiramos aliviados por librarnos de la piedra y la tormenta. Pasando Alfondeguilla, decidimos amenizar el asfalto por la carretera vieja del Marianet, el ocaso estaba cercano.
Después, un rápido ascenso hasta las Casas del Marianet, poblado de una tranquilidad absoluta, que por cierto tiene una de sus principales viviendas a la venta. Y después...ah, una vista magnífica hacia el horizonte con el pico Bellota a la izquierda y el Puntal del Aljub a la derecha, principales objetivos de esta etapa nocturna. Ambas elevaciones por encima de los 900 metros de altitud.
Había que llegar a Xòvar de la forma más aventurera posible, y nada mejor para ello que la trialera de la antigua calzada Romana, también llamada del Depósito o la Batidora. Kilómetro y medio de emoción y adrenalina, ciclable pero con algunos buenos escalones y un barranco lateral que no te permite distraerte ni un segundo. Se disfrutó, casi llegando la noche, en la hora mágica del crepúsculo, todo silencio y con un mar de posibilidades por delante.
Y llegamos a Xòvar pasadas las 21:00 y con poco de hambre en el estómago. Barrita, fuente y a buscar la Bellota.
Ya era hora de encender los focos.
Empezamos la subida a la Bellota, la cual no recordaba tan dura, las pendientes más carniceras se encuentran al principio y al final. Pero la noche ya lo cubría todo y eso mitigaba los dolores del pedaleo cuesta arriba. Para quien no ha hecho nunca una nocturna, decir que las sensaciones son totalmente distintas a las experimentadas durante el día. No hay prisa, no hay distracciones, sólo te centras en los 10mts que el foco te ilumina, todo es más silencioso, oyes tu respiración más fuerte y los látidos del corazón más potentes...Estimado lector, no pierdas la ocasión de embarcarte en una nocturna btt estival, y en grupos muy reducidos si puede ser...ah. Sensaciones únicas nocturnas. Difícil de explicar.
Xóvar desde la subida al Pico Bellota.
La rampa última al llegar al cruce del pico Bellota, es realmente cerril y enconada. Sufriendo nos hicimos con ella. Llegaron las planicies de la zona Bellota. Miramos el reloj, y el sueño de una comida caliente y una cerveza fría en Eslida, se desvaneció rápidamente al ver que eran las 22:45. Ante nosotros se abrían dos caminos. 1. Bajar a toda prisa el puerto de Eslida y buscar el cómodo refugio. 2. Subir al puntal del Aljub (antenas de Eslida) y cenar en la cima en plena oscuridad. No hubo que hablar mucho, al llegar al cruce iniciamos el ascenso.
Los últimos dos kilómetros de subida fueron los que acometimos, cabeceando entre curvas de herradura de hormigón roto. Tenía a Hermes ahí delante a 50 metros, medio borrado por la oscuridad, y mi empeño fue no perder su estela. Muy sufrida esta subida, se me hizo larguísima. Una vez arriba, el premio del bocadillo nocturno y las vistas iluminadas de la Plana Baixa. Un buen espectáculo.
Aún no era una hora intempestiva al terminar la cena, así que nos dijimos, vamos para Eslida a buscar algo fresco para nuestros gaznates, y lo logramos. La bajada a tumba abierta por el puerto de Eslida con ruedas btt de 29" de más de dos pulgadas de anchura y sin tráfico...una delicia. Doy fe de que circulaban abuelas por la cuneta completamente a oscuras.
Y en Eslida la orchateria Suvi estaba abierta, y los vecinos celebrando un bingo casero en plena calle. Fantástico, no cantamos línea pero nos encasquetamos dos Ambar frías que supieron a gloria, con la siempre alegre y estimulante charla de Vicent, al frente de la orchatería y otros asuntos del pueblo fiel a sus aguas, corcho y miel.
¿Hora de ir a dormir? Nooo, con el ánimo encendido enfilamos rumbo a Aín para afrontar las duras rampas de Cocons. Curiosamente esta subida se me hizo más sencilla que la del Aljub, pues siempre llega un momento, cuando la etapa está muy avanzada, en el que las piernas tragan lo que sea. Coronamos con buen ánimo.
Y la larga bajada de la Solana, que delicia, hasta la zona de Artana, bajar y bajar, a oscuras y concentrado en el haz de luz blanca que supone la única diferencia entre llegar a casa o morir aplastado contra una oscura roca.
Poco más que contar, un Aigües Vives y a la Vilavella, y a soñar con la oscuridad de la próxima etapa nocturna, que seguro será más dura que su predecesora.
Muy bien la etapas nocturnas que están realizando los más trasnochadores de DT
ResponderEliminarGrandísima crónica redactada por un grande, Quico Franch.
ResponderEliminarBuenas imágenes cuasi nocturnas, bravo
ResponderEliminarcódigo picasa erradicado
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