Más de dos años han pasado desde el anterior cambio de bicicleta, en aquella ocasión un poco precipitado por las circunstancias. Imagino que ya sabréis que comprar una bici nueva produce unas sensaciones inversamente proporcionales a verte en el brete de adquirir un nuevo automóvil, una cosa la haces por necesidad, pero esto es muy molón, sí, molón, así de vulgar. Vamos a ello, pues.
Cuando hace años le compré la Kuips (sí, eran las bicis de Spiuk) a nuestro compañero de fechorías, Carlos, lo hice con la idea de hacer algunas etapas cortas como complemento y no quedarme tirado cuando los DT salían a flaquear por el asfalto. ¿Quién diría que acabaría haciendo etapones de +100 como quien va a comprar el pan?.
Pero así es, queridos amigos, quien escribe estas líneas es muy fácil de convencer tanto para la épica como para la mamarrachada y al final me encontré en la tesitura de que la Kuips era algo pequeña de talla. Ajustada al máximo por el biomecánico (mi nuevo dealer) no podía ni ponerle una bolsa para las herramientas ya que iba al límite, necesitaba buscarme, sin agobios pero sin pausa, una talla 56 o mayor.
Como buen ser humano y miserable que se precie empecé a otear el mercado segunda mano: “ganadoras de carreras”, según un amigo del gremio ciclista, pepinos de carbono, bicis vintage y algunas buenas ocasiones. Hallábame emperrado en la Trek Madone y su sistema de "suspensión", pero este año se ha vuelto sencillamente inaccesible para los mortales. Orbeas Orca, Focus, Cube, Canyon… un sinfín de cuadros y ruedas pasaban por mi pantalla.
Pude obtener 425 euros a cambio de la vieja burra amarilla y naranja que pudieron ser más, pero con un mercado sobrecargado me pareció un cambio justo y el nuevo propietario disfruta por un precio muy ajustado (y molón) de una bici de carbono con un cambio Ultegra completo. De 8 años, pero un Ultegra al fin y al cabo, les deseo lo mejor a montura y jinete.
La Trek Emonda me gustaba en su versión de aluminio, toda equipada con un 105, pero al ir a la tienda tenía por prácticamente el mismo precio (promoción, dicen ellos) la versión en carbono… uf, de los 1.200 previstos pasas a los 1.500, pero se puede soportar. Las discusiones frente al espejo y los argumentos de "venga, tú te lo mereces", "te lo has ganado, campeón" se suceden entre los "cabrón, que solo te querías gastar 1.000 pavos"… todo un combate dialéctico interno.
CAPÍTULO 2: UNA REFLEXIÓN PROFUNDA
Escribir este artículo hace que me plantee algunas cosas con las que todo este bosque de pollas que es el ciclismo (sí, faltan chicas a cascoporro) nos hemos enfrentado alguna vez.
Por ejemplo: “Y si me gasto 1.500, ¿por qué no 2.000?”. Pues sencillamente porque hay que decir basta, me encantan las S-Works, las Madone y las Canyon de precio de “derribo” (según algunos), pero hostias ya, por más que comprenda a los que las compran -es su dinero y se lo gastan como les da la gana- no puedo empatizar con ellos porqué están reventando el mercado, sobrevalorando las bicis y dejándonos sin opciones de conseguir máquinas decentes a un precio asequible.
¿Le importará a Trek o a sus ingenieros o distribuidores la opinión de un ciclista de mi nivel que además es un principiante en la carretera? ¿qué puedo aportar a este universo de marketing y nuevos conceptos como flow, rapidez de reacciones, absorción…?.
Pues debería. Este “furtapatos” (como bien dice el mismo colega antes citado), es el usuario final tipo, el que pone la pasta y se juega sus cuartos comprando la máquina a la que puede aspirar con los exiguos beneficios que dejan los impuestos y financiar la corrupción tanto castellonense como nacional. Gustoso probaría esas máquinas de carbono trenzado por las manos de artesanos ebrios de inspiración divina pero, sencillamente, un gañán como yo no notaría la diferencia.
Uno de los modelos de carbono que estuvo en mi agenda pero que tuve que descartar por su exclusividad. |
Mi (nuestro) objetivo final -aparte de algún reto aislado- es llegar a casa después almuerzo con un carajillo para después sentarnos en el sofá (previa ducha) y caer en brazos del Morfeo de la siesta soñando con esa subida al puerto en el que has quedado en la posición 1.500 en el Strava.
Todo esto ante la mirada comprensiva (a la par que inquisitiva) de tu pareja. Hay que compartirlo todo.
CAPÍTULO 3: LA EMONDA, una bici molona.
Ya que no pude acceder a la aparentemente confortable come-pavés, la Trek Madone con su rótula Iso Speed, me di con un canto en los dientes. No entiendo como hacen el camino inverso de que si un producto funciona lo conviertes en super-exclusivo… en fin, ellos se lo pierden.
Respecto al apartado técnico, me causó incipiente curiosidad la insistencia del marketing de Trek en que trabajan una geometría para galgos: H1 y otra para cicloturistas (furtapatos): H2. Esta última la defienden como la mejor para subir puertos y hacer de todo sin convertirte en el jorobado de DT… ¿sería verdad?… bueno, como no tenía opción de probarla me la jugué, en vivo la Emonda en todas sus versiones es espectacular, sobria y elegante.
Y decir tengo que no mentían, por una vez los publicitarios tenían razón, la Emonda en su versión S5 me parece, para lo que hay por el mercado, una bici genial con una buena relación calidad-precio, todo un grupo completo 105 contundente y seguro y unos componentes con aspecto de ser duraderos. Lo mejorcito que tiene Trek son los acabados, es el factor le dio la victoria sobre otra de las bicis de similar tesitura.
¿Ligera?, eso dicen aunque no me obsesiona, total, voy a cargarla con dos botelleros; uno de agua y otro para recambios así que siempre será muy relativo. ¿Me atreveré con las Tannus?, esperaré a las conclusiones de Quico mientras desgasto las Bontrager.
¿Podría haber conseguido las mismas características por menos precio con una marca menos “mainstream”?.
Puede que sí, con paciencia y esperando resultados pero confesadlo: ¿alguien se puede resistir cuando algo le ha entrado por el ojito (que no ojete) derecho?.
La Trek Emonda S5 ha respondido perfectamente a lo que le he exigido por ahora, con tres o cuatro etapas centenarias y múltiples entrenes por nuestro carril bici preferido, la N340 camino a Sagunto. Ahí ya noto las primeras diferencias positivas sobre la Kuips, cuando te pones de pie sobre ella la respuesta es rapidísima (un derrape a dos ruedas me lo recordó), más facilidad para mantener el ritmo y joder, es infinitamente más cómoda al ser más grande.
Poco más que contar por ahora con unos 1000 y pico kilómetros recorridos que se van a multiplicar exponencialmente ya que servidor está inscrito a cierta ultramaratón de montaña con la (in) sana intención de completarla por segunda vez. Muy buenas sensaciones.
Y aquí termino por ahora esta breve entrada, aunque parece que en poco tiempo habrá alguna más sobre nuevas monturas (SPOILER).
¡Salud y a rodar!.
Muy bueno el artículo Urben! Bravo!!!! A disfrutar de esa gran montura! Nos vemos prontoooo! Saludos desde territorio astur
ResponderEliminarA ver si es verdad Guaje, que coincidimos muy poco, ni que vivieras en Oviedo.
ResponderEliminarMolt bo el article Urben, felicitats, eres un crack :)
ResponderEliminarGenial artículo Urben "el spoileador", al más puro estilo Tarantino... como todos los tuyos. Excelente descripción. Sin embargo no estoy de acuerdo con lo del coche. Yo me puse burrísimo mientras buscaba candidato.
ResponderEliminarBe Rubén, els teus comentaris sempre son profitosos.
ResponderEliminarOstic, son Ribera, que no apareix el meu perfil...
ResponderEliminarMuy buena descripción de la Treck Emonda.
ResponderEliminar