Los reencuentros con la carretera son siempre motivo de alegría, hay que celebrarlo y hay que hacerlo por todo lo alto. Rafaz y PabloM exigen un sacrificio, vamos a hacerlo. La Brasa, Collado, Eslida, Ain, Alcudia de Veo, La Nevera (vuelta por Aín). Después de tres semanas sin hacer kilómetros es lo que hay, vamos a purgar los pecados de San Fermín y otros caprichos del calendario.
El día amanece despejado, a las 8 de la mañana puntuales en la Brasa, origen y fin de los puertos de montaña. Cuatro Dandolotodo, PabloM, D. Gascó, S. Casero y un servidor. Vamos a por RafaZ que nos espera en Alquerías del Niño Perdido, al otro lado de la Tartana. Ya estamos todos, 5 negritos fueron a la Nevera, ninguno estudió derecho, esto no es una novela negra, aunque se mascaba en el ambiente que era día de tragedia.
Volvemos al Collado, guardo un mal recuerdo de este lugar, el último día que fuimos al Puerto de Eslida casi acaba conmigo. Esta vez no ha sido igual, a pesar del parón, no he sufrido, quizá porque iba a cola del pelotón, bien tapadito, se me exigen sacrificios, no suicidios.
Los kilómetros caen, pasamos Artana, momento para el velocio, reagruparse y volver a la ruta, una sana costumbre que no debe perderse.
Un nuevo negrito se engancha al grupo, nos acompaña hasta Eslida, va a subir el Puerto. Se ríe cuando le decimos que vamos a la Nevera, dice que no hay pokemons y que me van a matar. Me callo y no le digo que a principios de semana en esta etapa también íbamos a ir a la Ibola (hago más kilómetros por whatsapp que por carretera), afortunadamente para mí, la Ibola se retiró de la convocatoria por un virus muy oportuno.
Pasamos Eslida, sin pensarlo vamos a Ain, otrora final de etapa, hoy es apenas etapa volante. El rabito ese de cerdo que hay a mitad camino, ese túnel, no sé, una luz, no? aunque sea una antorcha, algo que desprenda fotones, algo con batería solar que no gaste y nos evitamos un disgusto, suerte tenemos de que la nueva y flamante Canyon de S. Casero viene equipada con luz trasera. Señores de la Diputación de Castellón, ustedes a su ritmo, no conviene ir más rápido de lo que uno puede ir, ya encenderán velas nuestros familiares cuando nos pongan las flores en esa curva oscura. Empiezo a necesitar los primeros auxilios.
ARTÍCULO SOBRE EL PUERTO DE AÍN
Siguiente parada Alcudia de Veo, unos kilómetros más y la carretera se pone a favor, descenso ansioso, estamos llegando a las puertas del infierno y el pelotón anda alborotado (yo no, yo solo estoy cansado, a punto de morir). Por fin entramos en Alcudia de Veo, nadie nos recibe, como siempre, pero el que sí que se alegra de vernos es el del bar de la piscina, Él lo sabe, nosotros lo sabemos, todos lo saben, no hay pokemons en la Nevera pero Él siempre tiene buenas brasas preparadas, nos saluda a nuestro paso y quedamos en volver con el parte de guerra.
LA NEVERA:
Link a la ficha del puerto
Empieza la Nevera, se hace el silencio. El viento se detiene y el sol aprieta, los milagros son en Navidad y estamos en agosto. La gente habla de grandes gestas, de unicornios, de tiempo en los que no existía el carbono ni las marchas, un plato un piño. Veo ciclistas que bajan y me animan a seguir subiendo, S. Casero vierte su botellín de agua sobre mí. La eternidad es medible en la Nevera, dura un huevo, duele el otro y lo peor siempre está por llegar. Los primeros kilómetros son una demostración de fuerza, sabes que has venido a purgar los pecados, no va a ser un paseo.
El desnivel más pequeño es del 4,7% llegando a un 7% en algún pequeño tramo. Los primeros metros del segundo kilómetro son un espejismo, agua en el desierto, es como cuando estaba en la universidad y te dejaban llevar cualquier libro al examen, te alegras al principio, pero sabes que si te dejan llevarlo es porque el libro no es suficiente. Eso ocurre con la Nevera, te deja respirar para que te vengas arriba, es su trampa que no tarda en llegar. Todavía no has llegado al kilómetro tres y ya te estás pegando con rampas del 10 y del 12 por ciento, doscientos metros eternos, no te quedan balas en los piños. Vuelves a respirar otra vez al 6% entrado ya el tercer kilómetro, pero dura poco. Seguimos, bueno, yo descolgado de todos los demás, buscando sombra, haciendo eses, apelando a un orgullo que ese día no había venido, ni el espíritu de Escartín viene al rescate. Afrontas la última herradura, por fuera, claro, por dentro solo es para profesionales. Llegamos al kilómetro cuatro, veo el hito en la carretera, pendiente del 11 %, ahí casi caigo, de lado por supuesto, no creo que se pueda llevar un ritmo más lento, pienso en dejarlo, pie a tierra, un poco de dignidad antes de ver a San Pedro, no sé bien porque, buscando un motivo decoroso y honrado para bajarme de la bici escucho la mayor de las mentiras jamás contada: “Venga que ya casi estamos, giramos esa curva y ya”, a la gente que dice eso le deberían de añadir un kilo a la bicicleta. Me vale como excusa para no ceder y seguir, me lo dijeron al principio y nunca lo olvidaré, cuando la cosa se ponga fea, aférrate al manillar de la bici y piensa en el almuerzo.
Por fin coronamos, la eternidad se banaliza, el corazón descontrolado, las piernas temblando pero la foto valía la pena. 5 negritos fueron a la Nevera, ninguno estudió derecho, hemos roto a la buena de Agatha.
Después del trabajo bien hecho, llega la recompensa, bajada y almuerzo, el orden da igual. Bajamos a Alcudia de veo, cuidado con la primera bajada de la Nevera, la herradura es peligrosamente cerrada y estrecha.
Las brasas nos esperan, aunque primero piscina, es un día grande, hay que celebrarlo, os dejamos una leve demostración de cómo se debe recuperar después de una buena ciclada. O eso creía yo….
En la Nevera no, pero en la piscina si, algunos del grupo cazaron un Pokemon por allí.
La jornada estaba siendo buena, tanto, que se nos acercó uno de los grandes, claro que Él llevaba 5 puertos ya entre pecho y espalda, se dejó caer por allí para volver a casa con nosotros, F. Barres. Allí que se vino, la gente ni se lo cree. La vuelta ocultaba una pequeña trampa, subir de nuevo por Aín. Ya sabéis que esa subida no es pequeña, por mucho que te digan que son 4 rampas de 600 metros, mienten, son más y no se acaban. Menos mal que F. Barres, que va un poco sobrado de forma, me ayuda a subir. Me acusa de gemillos, es "pro" pero es buena gente.
El resto es la historia de siempre, día largo, se nos ha ido de las manos, llegamos a las 14.30 a casa, con la mesa puesta y la comida esperando por nosotros. No hay excusas ni santos a los que no rezara ese día para evitar una condena dura.
No hay ni pokemons ni medallas en la Nevera, están en casa, esperando a que me las gane para poder ciclar otra vez.
TRACK STRAVA
FOTOS EN FACEBOOK
Bien narrado y bien sufrido.
ResponderEliminarHe añadido el perfil altimétrico de la Nevera y el link a la ficha del puerto.
Salud y buenas pedaladas.
Gracias Quico, ahora unas etapas de fondo, la Ibola espera su turno.
EliminarTras la Nevera, la Ibola será un paseo hasta la cima :)
EliminarCrónica del dolor, he sufrido y todo, jaja. Ya estás preparado para nuevos retos. Ole.Buen trabajo
ResponderEliminarCRÓNICA ACTUALIZA CON VÍDEO DE LA FECHORÍA
ResponderEliminarEstaba buscando otra clase de información sobre neveras (trabajo en servicio técnico), pero me ha encantado leer esto. No conocía el sitio, y eso que frecuento bastante la zona. Me lo apunto apra este finde si el curro me lo permite.
ResponderEliminarGracias por esta agradable sorpresa.
Un saludo,
Federico
Reparacion de nevera madrid
Gracias Guro por el comentario, en este blog vamos reflejando nuestras experiencias sobre la bicicleta. Un saludo¡¡
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