Hola amig@s de DT! Nos encontramos exactamente a un mes del inicio de La Vuelta a España 2019 y, afortunadamente para los amantes del ciclismo de la provincia de Castellón, este año vuelve a recorrer sus carreteras durante los días 29 y 30 de agosto con dos finales de etapa más que interesantes; el 29 en Ares del Maestrat y el 30 en el Mas de la Costa.
Dicho esto, seguro que ya podéis intuir dónde nos hemos desplazado hoy. Concretamente la etapa realizada por un servidor ha sido Vila-real - Alto del Mas de la Costa.
Este trayecto venía rondándome la cabeza desde hace mucho tiempo, prácticamente desde que me aventuré un 7 de septiembre de 2016 a subir desde Lucena hasta el ya mencionado Mas de la Costa (aproximadamente unos 17km ida y vuelta), lugar en el que La Vuelta a España 2016 finalizó ese mismo día. En aquella ocasión me decanté por la bicicleta de montaña para el ascenso ya que no tenía muy claro la exigencia de la subida y preferí sacrificar la ligereza de la bici de carretera por un mayor peso pero con la posibilidad de tener más margen de desarrollos para “escalar” rampas de entre el 12- 20% de manera un poco más holgada. Pues bien, una vez conseguido mi propósito de coronar el Alto del Mas de la Costa con la bici todoterreno y conocer en primera persona la dureza del “infierno”, que es como se conoce esta ascensión, me pregunté si sería capaz de subirlo con la bici de carretera.
Llegado este punto me planteé empezar la etapa desde Vila-real para completar una ruta de unos 90 kilómetros y así ha sido.
¡Vamos al lío!
Etapa Vila-real - Mas de la Costa
A las 07:00 empiezo a ciclar para dirigirme hacia el camí fondo, punto de encuentro con mi compañero de ruta J.L. Notari y partir juntos hacia el infierno.
Unos días antes de realizar la etapa acordamos salir bien temprano para evitar el calor sofocante que empieza a hacer desde mitad mañana.
Nos encontramos sobre las 07:15 en el lugar acordado y nos dirigimos hacia Alcora por el carril bici paralelo a la CV10. Al acabarse tomamos la rotonda dirección Ribesalbes y tras circular aproximadamente un kilómetro por la CV-189 nos desviamos a la derecha por el Camí Sequiero que conduce a la carretera de Alcora. Una vez aquí, circulamos tranquilamente por el carril bici hasta que se termina, unos km antes de llegar a Alcora. En este momento nos encontramos con el hándicap de circular por las carreteras CV 160 y especialmente la CV 190 dirección Alcora/Lucena en las que nos encontramos con gran cantidad de conductores imprudentes que circulan a mucha más velocidad de la permitida y nos adelantan sin respetar la distancia mínima (¡1,5 metros!).
El tener que salir pronto por la mañana un día laborable para evitar hacer el mayor esfuerzo en las horas en las que más aprieta el calor conlleva estos peligros, un mayor flujo de tráfico y conductores imprudentes a los que les da igual llevarse por delante a un ciclista.
Volviendo a la etapa, la CV 190, que es la carretera que conduce hasta Lucena, se vuelve más tranquila a partir de Alcora momento en el cual mi compañero aprovecha para contarme curiosidades acerca de los municipios que vamos recorriendo o de algunas construcciones de la zona, como por ejemplo el castillo de Alcora.
Desde Alcora y siempre por la CV 190 llegamos a La Foya y posteriormente a Figueroles. Hasta aquí la ascensión es bastante progresiva y poco a poco vamos acumulando metros positivos. Los últimos 5 km para llegar a Lucena se vuelven un poco más duros, aunque nada que ver con lo que se nos viene encima. Finalmente llegamos a Lucena y rellenamos los bidones para no fallecer deshidratados cuando empecemos la última gesta. Circulamos por dentro de Lucena ascendiendo unos metros más hasta que llegamos al desvío que conduce al Mas de la Costa, lo tomamos y descendemos unos 3 km por la CV-1740 para desviarnos finalmente a la izquierda siguiendo las indicaciones hacia el Mas y a partir de aquí empieza el infierno como bien queda advertido caligrafiado en el asfalto.
FICHA DEL PUERTO DEL MAS DE LA COSTA
Indicaciones hacia el principio del infierno.
Fotografía recuperada del ascenso en 2016. Todavía hoy se puede ver escrito en el asfalto la advertencia. Al fondo a la derecha nuestro se observa nuestro objetivo. El Alto del Mas de la Costa.
Son aproximadamente las 09:30, llevamos dos horas ciclando, físicamente llegamos en buenas condiciones y hasta ahora el calor era llevadero. Llegó el momento de la ascensión de los 4km de infierno para poder alcanzar el cielo nunca mejor dicho pues en estos 4 km vamos a ascender ni más ni menos la friolera de 495m (con una pendiente media del 12,4%) para llegar a los 982 m de altura.
Empezamos la subida a unos 24ºC con unas pendientes exigentes desde el principio (hasta un 21% me indica el GPS en algún tramo). El asfalto es bastante bueno, se nota que repararon el camino para la llegada de la Vuelta en 2016. Esto no ha hecho más que empezar, llevo puesto un desarrollo 36-28 reservándome el 36-30 para cuando las piernas empiecen a estar más cargadas aunque podría llevarlo todo puesto desde el principio dada la dureza del camino. Terminamos el primer kilómetro habiendo recorrido un tramo prácticamente recto con una curva a izquierdas y un pequeño descanso que aprovechamos para beber un poco de agua y recuperarnos. Seguimos avanzando y para empezar el segundo kilómetro viene una horquilla durísima a izquierdas (por momentos hasta un 20%), la primera de un total de 12 si no recuerdo mal y cada cual igual o más dura que la anterior.
Primeros kilómetros donde se observa el camino asfaltado y la lejanía de nuestro propósito.
Largo es el camino...
Cuando faltan unos 400 metros para terminar el segundo kilómetro viene un desvío a la derecha en el cual cambia el asfalto convirtiéndose en un camino hormigonado hasta la cima, con el firme roto por los laterales en algunos puntos y algún que otro bache. Imagino que arreglarán y limpiarán un poco este tramo para el final de la vuelta 2019 ya que es bastante peligroso para una subida en pelotón y para el posterior descenso.
A partir del segundo kilómetro hay un par de descansos más, en los que es aconsejable recuperar un poco las fuerzas, refrescarse e hidratarse bien ya que aunque la temperatura no es excesivamente elevada (unos 27ºC), el esfuerzo realizado empieza a pesar y el cuerpo anda ya algo tocado y ardiendo. La parte negativa de estos descansos es que en cuanto terminan, el infierno te vuelve a dar un duro golpe en las piernas pues las rampas son durisimas (entre 14-20%), incluso hay momentos que la bicicleta se quiere levantar y hay que tener mucho control y no dejar de pedalear pues en este caso la caída está asegurada.
El tercer kilómetro se me hace muy cuesta arriba (nunca mejor dicho), ya llevo puesto desde hace un rato el 36-30 e inevitablemente no dejo de mirar constantemente el GPS para ver cuánto falta. Avanzar 100 metros parece una eternidad incluso llego a pensar que el dichoso aparatito ha dejado de funcionar, que no es posible que todavía no haya avanzado 100 míseros metros. La mente empieza a jugar malas pasadas, pues empiezan a pasarte por la cabeza pensamientos como que aún te falta la mitad, que viene otra horquilla del demonio, que los metros no pasan y entonces es cuando el infierno empieza a insinuarte constantemente que dejes de pedalear y que bajes de la bici, que es lo mejor que puedes hacer, que estás con las pulsaciones máximas, las piernas apretando al máximo y todavía te faltan muchos cientos de metros.
Por suerte, con paciencia y sin dejar de pedalear duramente intentando pensar que llevo la mitad del camino hecho y que cada pedalada que doy me conduce a estar un poco más cerca de mi objetivo, consigo llegar al último kilómetro.
Ya no hay vuelta atrás, aunque reviente voy a llegar arriba pedaleando. Sigo mirando el GPS demasiado pero es inevitable, me separan 900m…ahora 800m...700m... ¡600m!… y de repente veo el Alto del Mas, el cielo, la gloria. Consulto el GPS porque algo no cuadra, estoy viendo el Mas y me está marcando que faltan 500m!?!?!?! Antes de que me de tiempo a pensar que el dispositivo funciona mal o que me he equivocado al inicio del infierno al sumar los kilómetros hasta arriba, una horquilla a izquierdas seguida inmediatamente de otra a derechas con un 21% de desnivel resuelven el problema del misterioso medio kilómetro . Si pensaba que los últimos 500 metros iban a ser un paseo, el infierno me recuerda que por algo lo llaman así y que para salir de él tendrás que sufrir hasta el último metro. El desnivel sigue siendo brutal. No es la sensación de que llegas ya cansado y que todo parece estar más inclinado de lo que verdaderamente es. Es real, pendientes de hasta un 20% sin bajar del 12-13% para rematarte, sin ningún descanso para poder coger aire, beber o refrescarte. Faltan 300 metros y llega la última horquilla a izquierdas, 200 metros y una curva a derechas me deja ver, ahora sí, el final tras un tramo recto y cómo no, con unas pendientes entre el 15-20%.
Tras 37 minutos de sufrimiento, conseguimos salir del infierno para alcanzar el cielo, bajamos de la bici cómo podemos y, tras tomar aire, admiramos las increíbles vistas que nos ofrece el estar a casi 1000 metros de altura. Hacemos las pertinentes fotos de rigor para inmortalizar la gesta y cuidadosamente iniciamos el descenso ya que el hormigón está bacheado, con algún roto y hojarasca de pino tremendamente peligrosa.
Pasc on the top.
Objetivo conseguido.
Camino inverso llegamos a Lucena un poco antes de las 11:00 y paramos a zampar un merecido almuerzo en el Bar Medialuna que nos ofrece un buen bocata con carne a la brasa a precio razonable.
Las buenas costumbres DT son tremendamente pegadizas.
Tras un merecido almuerzo y descansar un poco las piernas emprendemos camino de vuelta a Vila-real. En este caso, en lugar de hacer el recorrido inverso a la ida, decidimos que al llegar a Alcora tomaremos el cami fondo de Vila-real.
Sobre la vuelta, podría destacar que el calor era sofocante, sobretodo a partir de Alcora donde nos vimos ciclando a las 12:30 del mediodía a una temperatura de 37ºC cosa que hizo que las ganas de llegar a casa fueran aún mayores.
Pues esto es todo amig@s de DándoloTodo! Espero que hayáis pasado un buen rato leyéndome y que haya sido de vuestro agrado.
¡Saludos! y...¡nos vemos por las carreteras o las montañas!
Pascual.
felicitats Pascual, una magnífica primera crònica, ben narrada i amb molts bons detalls i contingut. això augura futurs articles de primera. molt bona. salut i bones pedalades. tranquil que els etapons aplegaran :)
ResponderEliminarmolt bé Pajqual, enhorabona, ara esperarem estes coses de tu
ResponderEliminarBuena redacción Pascual. Eres el Evenepoel de las crónicas cicloturistas. A ver si no tardamos mucho en volver a leerte.
ResponderEliminarGrande Pasc on the top! Sigue contándonos tus aventuras. No te enroques, hay que darlo todo!!
ResponderEliminarSaludos crack!