A mitad del mes de febrero dos amigos valencianos y servidor después de haber realizado juntos numerosas marchas btt en las tres provincias de la Comunidad Valenciana nos decidimos a participar en una marcha de carretera. La elección tras mirar el calendario de pruebas fue muy sencilla. Por fecha, cercanía geográfica y por el mentor y a la vez organizador. Sólo había un pero y eran los 115 km y 1.766 metros de desnivel acumulado que suponía el recorrido corto escogido por nosotros. Nuestras piernas estaban acostumbradas a máximos de 85-90 km y alrededor de los 1.500 metros acumulados cuando se trataba de una proeza. Lo que en esas fechas no imaginábamos es que ese pero inicial no iba a ser nada con lo que después acontecería. Tocaba prepararse para la hermana pequeña de la IX Gran Fondo Alberto Contador.
Unos 20 días antes del 21 de septiembre (fecha de la prueba) la organización anuncia vía email que el recorrido corto sufre una pequeña variación en su parte final y pasa a ser de 110 km y 1.965 metros de desnivel, esencia de alivio y temor en el mismo frasco pero el trabajo de preparación para la marcha estaba completado.
El miércoles 18 de septiembre por la noche recibo de nuevo un email de la organización y es aquí cuando aparecen los temblores acompañados de sudoración intensa. Debido a la gota fría que asoló el fin de semana anterior entre otras a la provincia alicantina y por la seguridad de los participantes se realizará un único recorrido para todos los participantes que constará de ¡¡¡ 146 km y 2.211 metros de desnivel acumulado !!! Ahora sí, los nervios afloran y la tensión se acumula.
Recorrido definitivo de la IX GF Alberto Contador |
Perfil |
El viernes por la tarde acudimos al hotel a recoger la bolsa (conmemorativa de la prueba y de buena calidad) correspondiente a la inscripción que consta del dorsal, maillot oficial, un gel energético, una muestra de gel defatigante y papeles publicitarios varios, nada extraordinario pero sólo con el maillot ya está bien invertido el precio de la inscripción. Probamos que el chip del dorsal funciona correctamente y constatamos que hay poco ambiente. Desde la organización nos dicen que Alberto Contador está dando una charla junto a Pedro Horrillo (gran gregario durante años de Óscar Freire) así que entramos en la sala donde se celebra y llegamos justo cuando ya está acabando el evento. Nos da el tiempo justo para tomar alguna foto, cogemos los trastos y nos vamos a la vivienda que hemos alquilado para la ocasión. El gran día nos espera a la mañana siguiente y hay que reposar.
Alberto Contador,moderador y Pedro Horillo |
El día D amanece encapotado y mientras damos cuenta de un desayuno completo y bien armado comienza a llover y nos planteamos llevar chubasquero. Miramos la previsión meteorológica para las siguientes horas, dan nublado pero la probabilidad de lluvia es escasa y la temperatura es perfecta para aventurarse en nuestro desafío. El chaleco será suficiente pertrecho. Nos ponemos en marcha y durante los 3 km que nos separan de la salida la lluvia se ceba con nosotros y con los ya muy numerosos grupos que van en la misma dirección. Llegados al hotel nos encontramos con una exposición de poderío logístico por parte de la organización que consta de al menos una docena de motos que pertenecen tanto a protección civil, policía local y a la benemérita, a las que se añaden un mínimo de cuatro ambulancias . Tras pasar el convoy de seguridad apostado en un lateral de la avenida donde se sitúa la pancarta de inicio cuesta un poco averiguar por dónde entrar para colocarnos tras lo que ya están en posición de salida. Tenemos mucha gente por delante y en nuestra retaguardia también se acumula otra tanta. Veinte minutos de impaciencia hasta las 8 que es la hora de arranque. Mientras esperamos la lluvia cesa.
Máxima expectación previa a la salida con nubes amenazantes |
Protocolo de salida |
A las 8.03 pistoletazo oficial, SALIMOS!!!
La salida es tranquila y la gente va buscando los huecos que se van haciendo mientras se estira el larguísimo pelotón compuesto por casi dos mil almas, unos doscientos menos de los que teóricamente se inscribieron en la prueba. Los primeros 23 km son neutralizados para una mayor seguridad y mi creencia es que se rodaría a ritmo regular hasta el inicio de la Llosa de Camacho que es donde deberían desatarse las hostilidades. Error. Una vez pasados los 4 primeros km entramos en la carretera pegada a la costa que une Oliva con Dénia y que se trata de una larguísima recta infinita. No bajo de los 30 km/h y es como estar parado, me pasan hordas de ciclistas desatados que tiran en fila y en grupos más bien pequeños. Lo cierto es que me embeleso viendo esas bestias desencadenadas que han olido la sangre. Puro espectáculo.
Atisbando ya las calles de Dénia nos desviamos y nos adentramos sin remedio hacia el interior de La Marina Alta, atravesamos La Xara, Pedreguer y llegamos al pueblo de Llosa de Camacho. Aquí empieza el primer puerto del día, cuatro kilómetros con pendientes sostenidas y no demasiado exigentes en ningún momento. En este punto me alcanzan mis dos compañeros que habían quedado rezagados en la salida y que una vez se empina el terreno cogen un buen grupo y veo como se alejan plácidamente de mí, otros ritmos alimentan sus piernas. A mitad de la subida escucho murmullos de admiración y enseguida descubro que por mi izquierda y a un ritmo tranquilo nos supera el hombre que da nombre a la marcha. Alberto Contador pasa a nuestro lado dando ánimos y deseando suerte en lo que resta de jornada ciclista.
Espectacular vista de dron |
Acabamos el primer puerto y damos buena cuenta de Alcalalí y Parcent. Nada más salir de este pueblo en dirección a Tárbena comienza seguramente el puerto de más entidad y conocido de la prueba, el Coll de Rates. La ascensión comienza justo antes de llegar al cementerio de Parcent y supone un tramo cronometrado en strava que constará de clasificación por tiempos en la prueba, tiene 6,52 km de longitud y una pendiente media del 5,2 % que subo a buen ritmo y de manera disfrutona.
Subiendo el Coll de Rates |
Me sigue pasando mucho ciclista pero ya empieza a caer gente de adelante y poco a poco muchas de las caras que hay a mi alrededor se van a ir haciendo familiares el resto de la mañana. A mitad de la subida me supera el grupo de la organización que llevan maillot blancos con lunares verdes que marcan la media de la marcha, esta grupeta cuando pasa te indica que vas por debajo de los 22 km/h y que cerca anda la moto del guardia civil con bandera verde que va abriendo el tráfico al resto de los mortales. Creía que iban a tener más manga ancha pero cumplen con lo establecido a rajatabla.
Corono Rates y el descenso es muy corto, enseguida volvemos a subir antes de llegar a Tárbena y justo al entrar tomamos dirección Castell de Castells. En ese mismo momento comienza la ascensión a Sa Creueta con sus 6 km repartidos en dos tandas. Al poco aparecen varias coches de la organización y con ellos la bandera verde que abre el tráfico rodado. Bastante stress en el grupo que marcho hasta el final de la primera parte de la subida donde se encuentra el primer avituallamiento porque una cola de 7 ú 8 coches ajenos a la prueba ruedan junto a los ciclistas y amenazan la seguridad severamente, por suerte al llegar a la zona de reposición de fuerzas todo se calma y se establece una tregua que durará casi toda la marcha.
A mi parecer los avituallamientos tienen lo justo y básico para una marcha de esta entidad. Agua,muestras de frutos secos, geles, bebida isotónica y plátanos y naranjas representando a la fruta. No hay magdalenas. Quizá un surtido más amplio hubiese estado bien pero es suficiente para reponer. Sí es de agradecer y no lo había visto hasta entonces la colocación de urinarios en cada avituallamiento para aliviar tensiones sin necesidad de acudir a las cunetas. Claro está, mientras me entretengo en aligerar mi vejiga el resto de sanitarios se encuentran vacíos y varios mozos se encargan de regar zarzales y matorrales colindantes. El hábito hace al monje. Finalizado el vaciado y el ágape nos encaminamos a la segunda parte de la subida la cual se remata con una retadora rampa al 13%.
Acaba Sa Creueta y rápido descenso hasta Castell de Castells donde tomamos dirección Famorca y tras un continuo ascenso y un llaneo corto posterior comienza el puerto de Fageca, como los anteriores sin rampas excesivas pero las piernas notan que llevan cuatro puertos y que han superado los 1200 metros acumulados. Desde que se corona hasta el segundo avituallamiento un rápido descenso pero salpicado de rampas (trampas más bien) cortas que llegan a tener hasta el 13% en dos ocasiones llenan mi cabeza de improperios y maldiciones. Al fin Gorga sale a nuestro encuentro en el kilómetro 80 y toca reponer de nuevo.
Disfrutando uno de los cortos descensos |
Tras tomar un poco de aliento y rellenar bidones salgo con bríos nuevos hacia Balones, Benimassot y Tollos. El chute de energía dura dos minutos, la carretera se vuelve a elevar sin descanso nada más salir del segundo avituallamiento durante once larguísimos kilómetros al 3-4% y sólo algún descanso esporádico mitiga la agonía del trayecto. Empiezan a aparecer en las cunetas damnificados por los calambres y durante los siguientes kilómetros y hasta el final será habitual ver gente abandonando.
Adentrado en Tollos da inicio el quinto puerto de la prueba, una tachuela de un kilómetro y medio al 6'5% de media pero con tres rampas de 300 metros cada una que superan el 12% las cuales subo bien y con fuerza. El muro de Tollos lo llaman. Se hace corto y sintiéndome pletórico me lanzo a disfrutar del descenso buscando Beniaia. Enseguida me doy cuenta que hay que ir con cuidado, carretera estrecha y curvas muy cerradas además del tráfico, aunque escaso, pululando a nuestro alrededor hace que tome la bajada con calma.
Rampa del 12% en el muro de Tollos |
Acabado el descenso llego a Alcalá de la Jovada y eso quiere decir que los 100 primeros kilómetros han sido ciclados. Desde aquí hasta la Vall d'Ebo donde se encuentra el tercer avituallamiento quedan 10 km y entremedio la rampa más dura de toda la marcha, doscientos metros inesperados al 16% que se hacen eternos y dolorosos, las piernas ahora sí se quejan, así que pacto una tregua con ellas y arribo pacíficamente al último descanso. Reposición de líquidos, medio plátano, una barrita que hay hambre y a marchar.
Salir del útimo avituallamiento, cruzar un pequeño puente bajo el que pasa el río Ebo y comenzar el sexto puerto matinal será todo uno. El alto de la Vall d'Ebó es la penúltima subida del día y consta de 3'4 km al 4'74% . Se trata del segundo tramo de la marcha con segmento cronometrado oficial a través de strava. Los ánimos marchan redoblados, la primera parte de la ascensión es visible desde el inicio donde observo varios grupos reducidos que marchan por delante. Como las piernas andan agradecidas por la tregua pactada con anterioridad me propongo subir a tren y sale un buen ritmo que me permite sobrepasar un par de tríos ya conocidos y alcanzar la cima con muy buenas sensaciones. El descenso de este puerto hacia la localidad de Pego es fabulosamente sinuoso. Desaparecen las montañas y aparece la costa para recordarme que el objetivo está cercano, lástima que durante los últimos dos kilómetros de bajada que nos hacen llegar a Pego una pequeña caravana de coches deshace la magia.
En Pego marcho junto a seis compañeros de fatiga que nos hemos reagrupado tras la caravana, no llegamos a entrar propiamente en el pueblo, nos dirigen bordeando los edificios más periféricos de la localidad por caminos secundarios buscando la población de Adsubia y siempre en continuo ascenso. Justo antes de llegar una valla ladeada con flecha indicativa de la organización señala para un costado y el track de la marcha nos indica para otro. Dudas y debate entre los que estamos, unos se inclinan por seguir el track porque seguro nos lleva al final de la prueba, otros por seguir la flecha a pesar de que la valla podría haber sido movida. Al final y tras seguir unos cien metros al track vemos que un grupo que nos seguía se inclinan por la flecha y tras comentarios y murmullos varios nos unimos todos siguiendo la señal de la valla. Decisión correcta y tirón de orejas para la organización. De todos modos como era de esperar no tarda ni quinientos metros en volver a enlazarse el track.
Salir del útimo avituallamiento, cruzar un pequeño puente bajo el que pasa el río Ebo y comenzar el sexto puerto matinal será todo uno. El alto de la Vall d'Ebó es la penúltima subida del día y consta de 3'4 km al 4'74% . Se trata del segundo tramo de la marcha con segmento cronometrado oficial a través de strava. Los ánimos marchan redoblados, la primera parte de la ascensión es visible desde el inicio donde observo varios grupos reducidos que marchan por delante. Como las piernas andan agradecidas por la tregua pactada con anterioridad me propongo subir a tren y sale un buen ritmo que me permite sobrepasar un par de tríos ya conocidos y alcanzar la cima con muy buenas sensaciones. El descenso de este puerto hacia la localidad de Pego es fabulosamente sinuoso. Desaparecen las montañas y aparece la costa para recordarme que el objetivo está cercano, lástima que durante los últimos dos kilómetros de bajada que nos hacen llegar a Pego una pequeña caravana de coches deshace la magia.
A pocos metros de coronar el Alto de la Vall d'Ebó |
En Pego marcho junto a seis compañeros de fatiga que nos hemos reagrupado tras la caravana, no llegamos a entrar propiamente en el pueblo, nos dirigen bordeando los edificios más periféricos de la localidad por caminos secundarios buscando la población de Adsubia y siempre en continuo ascenso. Justo antes de llegar una valla ladeada con flecha indicativa de la organización señala para un costado y el track de la marcha nos indica para otro. Dudas y debate entre los que estamos, unos se inclinan por seguir el track porque seguro nos lleva al final de la prueba, otros por seguir la flecha a pesar de que la valla podría haber sido movida. Al final y tras seguir unos cien metros al track vemos que un grupo que nos seguía se inclinan por la flecha y tras comentarios y murmullos varios nos unimos todos siguiendo la señal de la valla. Decisión correcta y tirón de orejas para la organización. De todos modos como era de esperar no tarda ni quinientos metros en volver a enlazarse el track.
Desde Adsubia a Forna se encuentra la última dificultad montañosa de la prueba, ni es larga ni tiene demasiado desnivel pero resulta pestosa y pesada, carretera ancha y paisaje desalentador. La grupeta que se había formado vuelve a disgregarse. Culmino el ascenso, entro ligeramente en Forna y diez kilómetros, primero en ligero descenso y luego llaneando, nos llevan directos a la zona industrial de Oliva. Se trata del tramo más insulso a lo largo de la mañana, no es nada vistoso y se convierte en un pedaleo monótono cuyo único objetivo es acabar lo antes posible. Parece que Oliva no llega nunca, lo han borrado del mapa.
Al fin se presentan los primeros vestigios de civilización olivense en forma de policia local. Me detengo en un semáforo que se encuentra en rojo y el agente tras cerciorarse que llevo dorsal se planta en medio de la vía y tras confirmar la inexistencia de tráfico me da el paso, me indica que entro en la zona industrial y que me quedan cinco kilómetros. Finaliza dándome ánimos y fuerza para el último esfuerzo. Consigue el hombre que me emocione y le doy las gracias. Esos postreros cinco mil metros se convierten en un compendio de felicidad y satisfacción, las piernas y las posaderas dejan de doler, sólo queda disfrutar, saborear el peaje de las anteriores siete horas, de las quilometradas realizadas las semana anteriores, una pedalada, otra, así sucesivamente. Me cruzo con grupos que han llegado hace rato,que ya han comido y vuelven a sus coches para regresar a casa, la mayoría indiferentes a mi paso, alguno aplaude y se lleva mi respeto. Última rotonda y quinientos metros para el final, no hay nadie salvo, a doscientos metros de la llegada, mi familia y las de mis dos compañeros de aventura que hace rato han llegado y también han conseguido el objetivo. Abrazos orgullosos y foto familiar de rigor. Arranco de nuevo, ahora sí, suspiro profundo. Se acabó.
OBJETIVO CUMPLIDO |
Al final como dato curioso me salieron 147 km y 2.418 metros de desnivel positivo. Por vez primera acabo una prueba con mayor acumulado que el indicado por la organización, hasta ahora si no coincidía siempre era al contrario.
Indicar que en general la organización me pareció correcta. Tan solo un par de peros (aparte del asunto del track). Al llegar a meta podías dejar la bici en un parking vigilado y de allí ibas a la zona de comida, pues bien, a las 15 horas ya no se podía entrar más bicicletas y antes de las 16:00 no debía quedar ninguna dentro con lo que la zona de entrada para comer era un avispero de bicis por todos lados sin ningún orden ni control. El otro pero es que en un evento como éste en el que cerca de dos mil personas van a comer en el mismo sitio no me parece suficiente ubicar una sola cola para todos. Yo que llegué de los últimos aún tuve que afrontar veinticinco minutos de cola para poder comer con lo que no puedo imaginar las colas que se habrían formado una hora antes. Se une además que el recinto habilitado para reponer fuerzas era extremadamente pequeño para tal cantidad de gente. Como resumen diría que lo relacionado con la prueba ciclista como tal me pareció correcto pero los servicios posteriores creo que fueron insuficientes y mejorables.
Así y todo es una marcha ciclista con un recorrido muy completo, exigente según lo que estés dispuesto a exprimirte y que circula por enclaves preciosos del norte alicantino. Muy recomendable.
Saludos y buenas pedaladas a todos.
Indicar que en general la organización me pareció correcta. Tan solo un par de peros (aparte del asunto del track). Al llegar a meta podías dejar la bici en un parking vigilado y de allí ibas a la zona de comida, pues bien, a las 15 horas ya no se podía entrar más bicicletas y antes de las 16:00 no debía quedar ninguna dentro con lo que la zona de entrada para comer era un avispero de bicis por todos lados sin ningún orden ni control. El otro pero es que en un evento como éste en el que cerca de dos mil personas van a comer en el mismo sitio no me parece suficiente ubicar una sola cola para todos. Yo que llegué de los últimos aún tuve que afrontar veinticinco minutos de cola para poder comer con lo que no puedo imaginar las colas que se habrían formado una hora antes. Se une además que el recinto habilitado para reponer fuerzas era extremadamente pequeño para tal cantidad de gente. Como resumen diría que lo relacionado con la prueba ciclista como tal me pareció correcto pero los servicios posteriores creo que fueron insuficientes y mejorables.
Así y todo es una marcha ciclista con un recorrido muy completo, exigente según lo que estés dispuesto a exprimirte y que circula por enclaves preciosos del norte alicantino. Muy recomendable.
Saludos y buenas pedaladas a todos.
Buena crónica Julian.
ResponderEliminarEnhorabuena, salvaste bien el envite de la organización.
Conozco gente que hubiese maldecido y abandonado al conocer el cambio en el recorrido. Pero tengo claro que tu no lo harás jamas.
Felicidades por tan magna hazaña.
Maldecir maldije en abundancia pero al final ha resultado ser una gran aventura. Gracias Carlos.
EliminarEspectacular gesta y espectacular crónica, bravo!!!
ResponderEliminarGracias Pablo, tengo serias dudas sobre cual de las dos cosas ha costado más hacer.
EliminarFelicidades Julián por la extensa kilometrada y por la magnífica crónica. Muuuuy completa.
ResponderEliminarNo había magdalenas?!!! A esa el Capi ya no se apunta!
Otro q no se apuntará tampoco entonces será el escurridizo Juanjo
EliminarGran crónica con muchos detalles y enorme gesta. Bravo Julián. Eres muy grande.
ResponderEliminarTenemos nuevo cronista en el blog, muchas buenas crónicas nos esperan en el futuro.😉
Gracias a los dos. Ha sido un honor disfrutar la marcha y que me dejéis compartirla aquí.
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